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Necrosis aséptica, Necrosis avascular o necrosis isquémica. Son diferentes nombres para un mismo proceso que consiste en la muerte de las células del hueso, por lo tanto muerte del hueso debido a una falta de aporte de sangre. La cabeza del fémur es una parte de nuestro organismo, que debido a su anatomía posee escasos vasos sanguíneos que la nutran, y además con relativa facilidad estos vasos se pueden lesionar. Cuando el hueso del interior de la cabeza muere se producen pequeñas fracturas en su interior y el cartílago se hunde por falta del soporte que le proporciona el hueso muerto por debajo, todo esto deriva en una artrosis precoz

Las fracturas y luxaciones son las causas más frecuentes por las que puede aparecer la necrosis de cadera, estas lesiones pueden comprometer las frágiles arterias que aportan sangre a la cabeza del fémur. Ciertas sustancias como los corticoides y el alcohol, así como algunas enfermedades de la sangre como la drepanocitosis pueden favorecer la oclusión de las arteras nutricias.

En la fase aguda el síntoma principal es el dolor de tipo inflamatorio, aunque en muchos pacientes el dolor puede no ser demasiado evidente; esto dependerá del grado de inflamación del hueso y del derrame en el interior de la articulación de la cadera. En fases evolucionadas se producirán los síntomas característicos de la artrosis apareciendo dolor mecánico.

Existen aun muchas controversias en cuanto al tratamiento de esta enfermedad. El tratamiento dependerá de muchos factores entre ellos: la edad del paciente, el estadio de la enfermedad y la amplitud de la lesión. El tratamiento puede variar desde evitar el apoyo con la extremidad hasta la cirugía, cada caso debe ser valorado exclusivamente por el especialista.